Primera semana
de Mayo del año 65 de la Era Ciudadana
El lunes 1 de Mayo, las tres Comunidades
de Ciudadanos de la calle de la Turuta implicadas en el proyecto experimental
de reciclado, recibimos un apercibimiento del Espacio Directivo de NeoMadriz
porque habían recibido numerosas denuncias de Ciudadanos que no podían
transitar por una acera repleta de contenedores y debían compartir el asfalto
con los vehículos. Nosotros teníamos el mismo problema, pero no lo habíamos
creado nosotros. Lo peor era que uno de los denunciantes era un ciudadano de
movilidad limitada que transitaba en un electrivehículo unipersonal y molestar
a uno de estos individuos era buscarse la ruina. Así, la chapuza ministerial
recaía en los turutenses, que de nuevo nos convertíamos en voluntarios para
arreglar la incompetencia de quienes soltaron los contenedores en nuestra
acera.
La recolocación de los catorce
contenedores supuso un auténtico reto, que logramos resolver gracias a un programa que Jaim-he encontró en la WEBA. Resultaba
imposible alinearlos al borde de la acera, eran demasiados y además estaba el
paso de Ciudadanos, aunque no quedó más remedio que usar parte del mismo,
dejando el hueco suficiente para el paso del electrivehículo unipersonal del
afectado ciudadano de movilidad reducida. Aún faltaban por ubicar dos contenedores
y como no podíamos dejarlos en el asfalto, los colocamos en doble fila
enmarcando la exigua entrada al paso de Ciudadanos. Los vecinos de los
edificios colindantes tuvieron más suerte en su recolocación al no tener un
paso de Ciudadanos en su espacio de acera. Creímos tenerlo todo resuelto, pero
no sabíamos lo que nos aguardaba.
El lunes 1 de Mayo, primer día de
reciclado experimental fue espantoso. Desde que volví de la laboración hasta
las 24:00 estuve recibiendo visitas de los vecinos para consultarme dudas
acerca del reciclado, algunos de ellos vinieron varias veces y el único que no
lo hizo fue Jaim-he. ¡Tenían toda la información en sus cacharros tecnológicos
y una holocopia en el portal! ¿Qué más querían? Debían ser más torpes de lo que
parecían, así que durante las siguientes jornadas Jaim-he y yo nos alternamos en
la zona de reciclado de 19:00 a 22:00, donde holocopia en mano, indicábamos
dónde debían echar sus residuos; más de uno tuvo que volver a su casa para
cambiar la bolsa.
A partir del viernes 5, suponiendo que
todo iría mejor, cambiamos el método de trabajo. Empezamos a realizar
inspecciones de los contenedores para ver que todo funcionaba como exigía el
Ministerio y nos sorprendió que el reciclado no estuviera funcionando como
debía. No era tan difícil. Tentado estaba de acudir al pharmapsicólogo para
alegar alguna dispersión mental que me relegara de toda responsabilidad.
Miércoles 10 de
Mayo del año 65 de la Era Ciudadana
Jaim-he y yo habíamos detectado demasiados
errores. El contenedor del papel se llenó rápidamente porque también echaban en
él los cartones, entonces pasaron a echar papel y cartón en el de cartón.
Sucedió lo mismo con los plásticos y lo peor de todo fue encontrar residuos
orgánicos en el contenedor del vidrio verde y metales en el del vidrio azul.
Convocamos una reunión de vecinos a las
19:45 y nos presentamos a las 20:00 esperando encontrar a la mayoría, pero no
había nadie y no pudimos empezar hasta a las 20:19. Notificamos asépticamente lo
ocurrido y nadie se consideró responsable, alegaron hacerlo bien y protestaron
por el exceso de bolsas y contenedores y el tiempo que perdían con el método
experimental; salvo Rocabolo, Ionno y Cass-hi, que no abrieron la boca.
Aseguraría que ellos eran los culpables del desastre, pero no podía probarlo.
Asustados ante la larga temporada en
Reinserción Social que nos esperaba, Jaim-he y yo decidimos espiar a nuestros
vecinos para averiguar quiénes eran los que incumplían la normativa
experimental. Aquella tarde colocamos en la ventana de Jaim-he una holocámara
con un buen teleobjetivo, conectada por Bulutuz a mi unidad computerizada
virtual.
Viernes 19 de mayo
del año 65 de la Era Ciudadana
En esa tercera semana del reciclado
experimental convocamos una reunión a las 20:00 y comenzó a las 20:57. Sabían
lo que estaba pasando y rehuían su responsabilidad, pero teníamos pruebas, y
así se lo hicimos saber. De inmediato empezó el alboroto, todos se consideraban
inocentes. Incapaz de hacerles callar, proyecté las Holopruebas. En cuanto sonó
el golpe de una bolsa azul oscuro estrellándose contra un contenedor de color
ocre, se hizo el silencio.
La siguiente imagen mostraba la ventana de
Kertan Rocabolo, poco después se asomaba y lanzaba una bolsa verde claro que
aterrizaba sobre el contenedor morado. Habíamos tomado esa imagen cámara en
mano sabiendo que casi todas las noches lanzaba una o dos bolsas entre las
23:35 y 23:45. A continuación se veía a Ionno echando una bolsa roja en el contenedor
azul claro.
—No no me di cuenta —se defendió ante las
risotadas de algunos.
—Tenía mucha prisa —argumentó Cass-hi
cuando se le vio soltar bolsas de diferentes colores en el mismo contenedor.
El momento culminante de las
holopruebas fue ver a Innophio pasar de
largo toda la fila de contenedores de la Turuta nº 15 y soltar dos bolsas verde
oscuro en el contenedor granate del nº 17. Las carcajadas fueron sonadas.
―No será tan divertido cuando tengamos que
rendir cuentas al inspector.
―No irás a denunciarnos ―Rocabolo levantó
la voz.
―Hemos intentado hacerlo lo mejor posible
―corearon Lol-lo y Lol-la.
―Es que es demasiado complicado ―intervino
Cass-hi―, nos han dado unas instrucciones que no hay manera de memorizar.
―Apenas hay movilidad en la acera por culpa
de los contenedores, así que no es de extrañar que nos equivoquemos ―dijo Ionno.
―Lo de antes era mucho mejor ―dijo Lol-lo.
―Tienes razón ―Ionno se puso en pie―.
Tengo en casa un libro antiguo…
―¿De los de papel?
―Nosotros también tenemos ―dijo Lol-la―.
Son muy valiosos.
―Hay una página dedicada a la época del
pre-reciclaje, cuando nuestros ancestros tiraban todo a un mismo contenedor;
pues eso no es del todo cierto, vendían el papel para darle un segundo uso, como
envolver la fruta que compraban…
―Envolver la fruta en papel, ¡qué poco
higiénico! ―dijo Torozor―. La mortalidad debía ser muy alta.
―No creas ―intervino Lol-la―, viví el
final de esa época y la mortalidad había descendido mucho. Pese a que nos pueda
parecer antihigiéncio, los alimentos envueltos en papel se podían comer
perfectamente. Sigue contándonos, Ionno.
―Gracias. También hablaba de unos laboradores llamados chatarreros, iban
con un carro tirado por un burro y recogían los electrodomésticos que ya no
funcionaban. ¡Pagaban por llevárselos!
―Eso es maltrato animal ―Torozor volvió a
la carga.
―Gracias a que se emplearon para tirar de
los carros, los burros se salvaron de la extinción ―intervino Lol-lo.
―Hay algo todavía más curioso, devolvían a
las shops las botellas vacías y también les pagaban por ello. ¿Podéis creerlo?
Botellas usadas, que las shops recogían y devolvían a las empresas, donde eran
lavadas y vueltas a usar. Supongo que era un método mucho más económico que
tener que volver a fundir el vidrio.
―Poco higiénico me parece ―insitió Torozor―.
La mortalidad tenía que ser muy alta.
―Pero les pagaban por reciclar, aunque no
fuera obligatorio ―dijo Rocabolo.
―Lo sé ―intervino Jaim-he―, ahora no nos
pagan y nos sancionarán severamente si no lo hacemos como ellos quieren. La Sociedad
ha cambiado y también las normas.
―Enfrentémonos al Ministerio quemando los contenedores
―Rocabolo levantó la voz más de lo necesario―, hagamos que reconozcan las
chapuzas cometidas…
―¿Te suenan de algo los S.L.O.? ―le
interrumpió Jaim-he―. Acabarás en Reinserción de por vida.
―¿No había que presentar un informe? Propongamos
el pre-reciclado ―terció Ionno.
―Nos tacharán de retrógrados ―intervino
Lol-lo.
―No hace falta mencionar lo que sucedió en
la Era pre-Ciudadana ―prosiguió Ionno.
―¿Qué os parece esta propuesta? ―intervine,
sabiendo que estábamos siendo unos ingenuos―. El reciclado es una laboración y
tiene que ser remunerada. No necesitamos los nuevos contenedores, el Espacio de
Reciclado debería contratar personal para la fase de separación de residuos
reciclables. En una fase más avanzada, podríamos llegar a lo que decía el libro
de papel y crear un departamento de chatarreros que venga a recoger el vidrio,
el metal, los tecnoaparatos desfasados…
―Creo que deberíamos redactarlo y dar el
visto bueno de la Comunidad ―dijo Jaim-he―, pero habremos de demostrar que
somos unos Ciudadanos ejemplares para que nos tomen en serio. Sólo es una
semana más.
―Esforzaos ―dije―, sólo nos quedan doce
días de reciclado experimental.
Aseguraron que lo harían bien. Esperaba
que fuera así, porque de otro modo, Jaim-he y yo presentaríamos las holopruebas.
No queríamos ingresar en Reinserción Social junto a los saboteadores del
programa experimental.
Viernes 2 de
junio del año 65 de la Era Ciudadana.
Estaba muy asustado. Nadie había reciclado
después de la última reunión del día 19. Todos y cada uno de los vecinos habían
cruzado la calle para reciclar en los contenedores antiguos, echando sus platibolsas
en el contenedor de basura orgánica, salvo Innophio, que lo hacía en el de
vidrio. No usaban nuestros contenedores para no infringir la ley, pero, ¿qué
iba a decir el inspector cuando viera los cubos vacíos, sólo estaba lo que
habíamos echado Jaim-he y yo; es decir, casi nada. Aún así, elaboramos un
informe favorable, que decía que lo habíamos hecho muy bien. En propuestas
argumentamos que sería recomendable que se rotularan contenedores y bolsas para
una mejor comprensión y eficiencia, además de hacer constar que no estaba
previsto el reciclado del textil.
El inspector nos citó a las 18:00 y llegó
a las 18:48, así que estábamos casi todos. Dejó la mochila sobre la mesa y sacó
una tableta totalmente desfasada, de al menos hacía una década.
―Informes, por favor.
―Aquí tiene ―le entregué el memorizador,
con el informe oficial volcado al programa obsoleto que pedían. Lo había redactado
con un exceso de optimismo.
Lo conectó a su tableta y comenzó a
analizarlo.
―También tenemos una propuesta de mejora
―Jaim-he entregó un segundo memorizador con el informe de Ionno.
El inspector lo conectó y volcó a su
terminal sin dedicarle atención. Continuó con el informe oficial que habíamos
tenido que responder y dedicó seis minutos a su estudio.
―Esto no cuadra con lo que he podido
observar. Los contenedores están casi vacíos. ¿Qué ha sucedido?
Jaim-he y yo nos miramos.
―Creo que tienen miedo a cometer errores.
El nuevo reciclado es difícil de entender.
―Pues no es eso lo que dice su informe.
―Nos las arreglamos más o menos bien
durante las tres primeras semanas ―añadió Jaim-he.
―Hubo algunos errores y avisamos a la
comunidad de vecinos de lo que ocurriría si lo hacíamos mal. Han debido querer
evitar más… errores.
―Seguro que tienen el reciclado acumulado
en sus casas ―dijo Jaim-he.
―Se
presentaron ustedes voluntarios para esta fase experimental.
―No fue exactamente así ―dijo Rocabolo―.
Nos nombraron voluntarios sin consultarnos.
―En mis informes consta que su Comunidad se
presentó voluntaria.
―Yo… ―me contuve. No podíamos pleitear
contra la administración, sería una pérdida de tiempo y dinero ―no, nada.
―La Comunidad sita en la calle de la
Turuta nº 15 ha boicoteado el programa experimental “Nuevas Técnicas de
Aprovechamiento de Material y Reciclado” después de haberse presentado
voluntaria al mismo, así que tendrá que comparecer ante una comisión de
investigación el próximo lunes, 5 de junio del año 65 de la Era Ciudadana a la
9:00, en el Ministerio de Recursos, Distribución, Aprovechamiento Material y
Reciclado.
Martes 6 de junio
del año 65 de la Era Ciudadana
Daba pena vernos, tan deprimidos,
asustados, resignados; los turutenses de los edificios números 13, 15 y 17,
todos los elegidos para ser voluntarios forzosos del Reciclado Experimental.
Decían que la Justicia era lenta, pero después de echarnos una reprimenda
terrible como Ciudadanos que habían vulnerado las obligaciones contraídas con
el Ministerio, fuimos citados directamente en el Espacio Judicial Central para
el día siguiente a las 9:00.
―¿Dónde están los residuos que debían
reciclar? ―preguntó el Juez Adjunto.
―Yo no genero muchos residuos ―intervino
Lol-la tras ver que nadie iba a hacerlo―, así que los acumulo hasta tener
bastantes para bajarlos.
―¿Todos ustedes hacen lo mismo? ―preguntó
el Juez Mayor.
―Sí, sí ―fue la respuesta general.
―Si envío un S.L.O. a sus respectivos
domicilios ―dijo el Adjunto―, ¿podría encontrar todos esos residuos a la espera
de multiplicarse para ser enviados a los contenedores? ―nadie osó abrir la
boca―. Parece que ninguno de ustedes tiene coartada ante la falta de reciclado.
Son culpables.
―¿Por qué se presentaron voluntarios?
―dijo el Juez Mayor.
―No lo hicimos ―intervino Rocabolo―,
ninguno de nosotros lo pidió, pero nos llegó la citación y no pudimos negarnos,
porque de lo contrario sufriríamos pena de Reinserción.
―Era voluntario, consta en los documentos
del Ministerio. Es una falta muy grave, y la suya aún más.
―¿La mía?
―Al estudiar el contenido de los
contenedores, dimos con unas botellas de vidrio azul que contenían huesos de
aceituna. Enviadas las pruebas a analizar, coincidieron con el ADN de Kertan
Rocabolo; tanto el vidrio como los huesos.
Rocabolo se volvió marmóreo, y a Ionno le
dio por reír como si se le hubiera quebrado la mente.
―Ferdnand y yo no hemos fallado en la labor de reciclaje ―dijo Jaim-he
con un hilo de voz―, hemos cumplido escrupulosamente la ley. Tenemos pruebas
grabadas.
Nuestros vecinos se volvieron hacia
nosotros con cara de pocos amigos. Rocabolo hizo un signo de degollarnos. A
pesar de la amenaza, Jaim-he entregó un memorizador al juez. De inmediato sentí
el odio de todos esos vecinos que se sentían traicionados, cuando los
traicionados por toda la comunidad habíamos sido nosotros. Respiré en el
momento en que las holopruebas fueron visionadas, la sentencia dictada y
nosotros dos abandonamos la sala. Cuatro mil eurodólares fue la sanción que
recibió cada uno de los que decidió no reciclar, salvo Rocabolo que la recibió
de seis mil; además tendrían que asistir a un curso presencial de cien horas
para aprender a reciclar correctamente, tras el cual estarían vigilados por la
inspección durante el período de un año, para asegurarse que habían aprendido a
reciclar y lo hacían correctamente.
Lunes 3 de julio
del año 65 de la Era Ciudadana
Acabábamos de echar los papeles para
iniciar una nueva vida en el Ártico. Jaim-he y Lovelinda habían insistido, y
nos inscribimos como trío sexual. Lovelinda me miraba con buenos ojos, lo cual
me hacía muy feliz, lo malo es que Jaim-he no paraba de echarme la mano al
hombro y al pecho. Debería haber preguntado en qué consistía exactamente lo del
trío sexual antes de aceptar; de todos modos, cualquier cosa sería mejor que
esperar a que nuestros vecinos salieran de Reinserción.
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