miércoles, 23 de noviembre de 2016

Nerja.

Óleo sobre lienzo. 60x60 cm.

  Nerja.
 Desde la playa de Burriana.
 En lo alto del acantilado deberían verse algunas edificaciones, aunque a mí me gusta un poco más despoblado.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Poda salvaje




PODA SALVAJE


 Salamanca

     Por si no tuviéramos bastante con los pirómanos asesinos del reino vegetal, asistimos perplejos al aumento exponencial del maltrato vegetal en las zonas urbanas. Todavía no acabamos de ser plenamente conscientes de que nuestra vida en esta Tierra —y no tenemos otro planeta habitable al alcance de la mano—, depende de su existencia.

     Elijamos una población cualquiera y una calle con una hilera de frondosos árboles, y además sanos. Un mal día escuchamos la motosierra y lo siguiente que vemos es que los árboles han quedado reducidos a un tronco mutilado. Hay quien prefiere no entrar en averiguaciones, y quiere creer que deben existir razones de peso para haber cometido semejante aberración, porque sería una locura pensar que existen unos seres insensibles capaces de cometer semejante atrocidad. Los defensores de los jardineros que usan la motosierra esgrimen variadas opiniones:

—que así rebrotarán con más fuerza en primavera.

—que estaban enfermos y así sanarán.

—que hay que eliminar cualquier rama susceptible de rasgarse y caer durante un vendaval, podría matarnos.

     Buscando en ese lugar llamado internet, que alberga un poco de todo,  podemos encontrar el mismo tipo de opiniones, incluso entre algunos que dicen entender el mundo vegetal; es curioso que algunos de ellos sean partidarios de esas podas salvajes, pero a la vez vendan las motosierras en esa misma página: una opinión, me temo, un tanto sospechosa. Casi prefiero omitir esta página u otras por el estilo, pero voy a daros una bastante interesante de alguien que ama los árboles.

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/01/ciencia/1296577965.html

     Voy a responder a las opiniones de quienes ilusamente quieren creer que los jardineros saben hacer su trabajo. 
     Con la opinión formada a lo largo de todos estos años observando la naturaleza, contrastada con la de otros amantes de la misma, algunos de ellos también jardineros, de los que aman y entienden su trabajo; porque muchos de ellos tan solo son trabajadores no cualificados del ayuntamiento de turno.

     Los árboles que viven en la Naturaleza y no son podados, crecen fuertes y vigorosos; no están exentos de enfermedades, como nosotros, y para sanarlos habrá que darles la medicina pertinente, no amputarles los miembros.

     Me pregunto si los árboles que sufren las podas salvajes y quedan reducidos a un muñón, crecen más sanos y fuertes que los que se libran de la acción humana.

—pues resulta, que después de sufrir esa poda salvaje, existe una mortalidad elevada inexistente hasta ese momento, y que no se da en los de la zona en que no han sufrido dicha intervención salvadora.

—cuando llega el verano, a los únicos que se ve frondosos, y vigorosos, es a los que se han librado del atentado, los que lo han sufrido tienen cuatro ramitas con otras tantas hojas. A lo mejor no sabemos que los árboles necesitan de sus hojas para respirar y que en ellas realizan la función clorofílica.

—si lo que queremos es evitar que los árboles atenten contra nosotros cuando hay un vendaval y las ramas desgajadas nos agreden, deberíamos pensar en eliminar tejas, cornisas, balcones, placas de fachadas; y clausurar ventanas y balcones no sea que se arroje algún suicida y nos defuncione. ¿De verdad vivimos tan histéricos? Entonces será mejor que no salgamos de casa.



Benicarló. Día 30 de agosto. Los árboles deberían lucir su copa frondosa.



Esto se repite en todos los lugares donde se efectúan las podas salvajes.



 Muchos de los ejemplares no sobreviven. No es extraño escuchar que se iban a morir e intentaban salvarlos.


     ¿Qué nos lleva a cometer semejante atrocidad sobre la vegetación?

     En la urbe siempre hubo podas encaminadas a eliminar ramas que quedaban demasiado bajas sobre las zonas peatonales, y éstas eran seccionadas cuando aún eran pequeñas y sólo era necesaria una herramienta tan sencilla como unas tijeras de podar. Ahora, parece que nos olvidamos de las ramas que estorban y cuando tenemos un buen árbol, de repente nos molesta su altura, su anchura… nos molesta… ¿qué es lo que nos molesta? 



Mes de Mayo. Laredo. Ya debería lucir una copa frondosa, pero no tiene ramas.


     Me gustaría que alguno de esos jardineros que sólo sabe manejar una motosierra cual vulgar héroe de película de terror de serie B, nos explicara cómo habiendo dejado crecer al árbol, en un momento dado decide que va acortarlo por la mitad. Adiós a un montón de años de crecimiento. ¿Cuestión ornamental? ¿Le gusta ver un tronco pelado? Que se compre un palillo. A mí se me ocurre otro uso muy práctico para la motosierra: cortar el pelo al jardinero con ella. ¡Aaaah, qué bestia! ¿Y lo que él le hace al árbol no lo es?

     Puede que hayamos olvidado que los árboles son seres vivos, como nosotros, y es una pena que cada vez queden menos profesionales reflexivos y amantes de su trabajo, a juzgar por lo que veo a lo largo y ancho de la geografía española.



 Mes de Septiembre. Sanabria. En la finca había varios árboles en condiciones parecidas.